Daniel Colombo - ¿Qué son los valores?

8 ideas para sobrevivir a la incertidumbre
por Daniel Colombo

¿Cómo estás?
Perdido, confundido, inseguro, poco claro, perplejo, desorientado, desconcertado (responde Juan Martín, 45 años, director ejecutivo de una empresa)

Este diálogo es cada vez más frecuente entre profesionales, directivos y colaboradores de todo tipo de organizaciones.

¿Acaso la vida personal y profesional es hoy apenas, un puñado de certezas, y una incertidumbre permanente? La sensación es que sí: como vivimos en un mundo vertiginoso y en permanente cambio, el desafío de gestionar la incertidumbre se transforma en una carrera permanente, porque ha quedado definitivamente en el pasado la época en que las cosas estaban totalmente estructuradas, había escenarios previsibles y hasta rutinarios.

Así ha surgido otra cultura de la gestión cotidiana: ahora necesitamos aprender a sobrellevar y convivir con la incertidumbre para sobrevivir.

El diccionario no ayuda mucho en este caso con sus definiciones: el significado alude a la carencia de certeza, convicción, certidumbre, confianza o seguridad sobre algo, en especial cuando crea alguna inquietud, cuando despeja alguna perplejidad o duda, también se dice sobre una inseguridad o una indecisión, que no está seguro en que se hace.

Lo que sí sabemos es que la incertidumbre existe desde que el mundo es mundo; y, en su base, se encuentran los planes, guiones y expectativas acerca de cómo deberían ser las cosas, en cualquier contexto.

Como no es posible ni recomendable transitar con la intención de tener todo bajo control -es más, estamos en la era del “no-control”-, el vivir sin certidumbre genera un estado emocional interno de duda y de falta de claridad, que se traduce en ansiedad, preocupación y fantasías negativas sobre el futuro.

  • Cómo pilotear la incertidumbre

La incertidumbre es un estado interno inherente a la condición humana; y lo que más desconcierta es el sentido errático que pueden tomar las situaciones: puede que sucedan, puede que no. Algunas dependen de nuestro desempeño o están bajo el dominio de la actuación personal; y otras no. Hay situaciones del entorno directo sobre las que puedes tener influencia, y otras que escapan a tu alcance.

Por ejemplo, en el mundo de los nuevos líderes empresariales, aquellos con las habilidades para gestionar la incertidumbre en el mundo cambiante son sumamente apreciados y necesitados. Como el capitán de un barco en medio de una poderosa tormenta, son quienes suelen demostrar una templanza, aplomo, serenidad interna manifiesta también en lo externo, que les permite guiar a los equipos y la toma de decisiones hacia un puerto que para otros era invisible o inviable.

Desde una perspectiva individual, la incertidumbre se plantea en cada paso hacia lo desconocido: la búsqueda de un nuevo empleo o departamento; una pareja; un proyecto, las metas y la carrera profesional. Todo está bajo la óptica de una posible incertidumbre del resultado. Y como todo se transforma permanentemente, este estado “sin certezas” se extiende a cada paso.

  • Pasar de la sociedad resultadista a habitar el sentido

Durante siglos hemos vivido en una sociedad que estimulaba el éxito y el enfoque en el resultado. Lo que observo trabajando en temas de cultura empresarial desde hace varias décadas, es que, más allá de los logros, hay una tendencia creciente en las personas -que se traslada a muchas empresas- en priorizar la búsqueda de sentido. Es algo más profundo. Por ejemplo, desarrollar el talento es diferente que enfocarse solamente en que se obtengan determinadas metas de ventas (si bien no hay que descuidarlas).

Esta búsqueda de sentido personal y sistémico -porque toda organización es un sistema en sí mismo-, es alentadora para equilibrar las emociones y encontrar propósito y dirección aún en medio del caos y las turbulencias.

 

 

8 pasos concretos

Para que la incertidumbre no te paralice, es necesario enfocarse y trabajar internamente en estas habilidades blandas esenciales para atravesar el proceso con menos angustia y preocupación:

1 – Reemplaza evaluaciones/juicios automáticos por reevaluaciones de adaptabilidad a los cambios. Esta es una herramienta clave para el afrontamiento de la incertidumbre. Como sabes, las personas tendemos a hacer juicios sobre casi todas las cosas, y la mayoría, en automático y sin contar con elementos de análisis suficientes. La sugerencia es que seas consciente de este proceso interno, lo frenes y lo reemplaces por la re-evaluación de cada instancia desde una perspectiva más flexible para ver qué información nueva aparece. Imagínate siendo un avión que sobrevuela la situación de incertidumbre: en perspectiva y calma verás muchos más detalles.

2 – Despejar los miedos: Gran parte del efecto de ansiedad que producen los entornos de incertidumbre tienen que ver, específicamente, con la imposibilidad de gestionar el miedo, una fantasía proyectada con expectativas que, en la imaginación, se hace aparentemente real.

Si logras gestionar tus miedos en forma asertiva, aprenderás que no ayuda forzar los procesos, y, menos aún, poner tu energía en fantasear escenarios futuros que suelen ser mucho más tremendistas que la realidad si es que se manifiestan: en la mayoría de los casos son muy distintos y menos duros de lo que imaginaste.

 

3 – Revisa tus creencias limitantes, y observa de dónde proviene la tendencia a hacer más grandes los problemas de lo que realmente son.

4 – Observa el comportamiento de otras personas frente a la misma situación. Contempla a tu alrededor de una forma neutral y registra cómo accionan las personas desde el miedo, y cómo cuando tienen confianza en sí mismos y en que son capaces de vivir equilibradamente sin dejarse arrastrar por los momentos de incertidumbre. Hay mucho para aprender.

5 – Basarse en información concreta: Si convives en entornos sin certeza en momentos clave, la sugerencia es que agotes las instancias para acceder distinto tipo de información sólida para sustentar tus preocupaciones. No te dejes llevar por rumores o chismes. Pregunta, se curioso, investiga, consulta con personas experimentadas en procesos parecidos.

6 – Deja de lado las suposiciones y presunciones, ya que lo único que lograrás es agigantar tu preocupación y aumentarás tu ansiedad.

 7 – Evalúa qué depende directamente de ti. Si hay algo que está a tu alcance para mejorar la situación, hazlo. Dedícale energía, atención y prioridad para reconquistar tu equilibrio interno, y ayudar también a tu entorno.

8 – Evita la sobre reacción emocional, y compénsala con mayor cercanía con los demás. En los momentos de incertidumbre es frecuente ver personas totalmente desbordadas en sus emociones, producto de la tensión reprimida que produce la misma situación. En estos casos, es conveniente activar internamente algún tipo de compensador emocional, por ejemplo, acercarte más a los demás, compartir lo que sientes con personas de confianza y hasta pedir un abrazo. Todo ayuda a calmar la ansiedad y cualquier otro estado asociado. La intención es no tapar lo que te ocurre, sino canalizarlo hacia emociones positivas y que te permitan mantener un equilibrio apropiado para poder observar con plena consciencia y facultad para decidir.

 

Daniel Colombo 

Facilitador y Máster Coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos de trabajo; comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 28 libros.

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