Líder colaborativo

El líder colaborativo para Crear Valor Juntos

Cómo es el líder colaborativo anclado en valores capaz de forjar equipos autosustentables.

 

En un mundo en el que la gestión y el trabajo se desarrollan de manera remota en un contexto cada vez más dinámico e impredecible, forjar equipos autogestionables, participativos e independientes con un líder colaborativo, anclado en valores, diverso, inclusivo y que se pregunta todo el tiempo cómo ayudar para sumar y buscar una solución parece ser la vía más certera para el éxito. Proponemos un modelo en donde el desarrollo del Ser sea base fundamental para el Hacer.

Ahora bien, ¿Cuáles son los pilares fundamentales de este Líder versión CVJ?

1. El autoconocimiento y la gestión de las emociones

El líder colaborativo es alguien que trabaja consigo mismo en pos de conocerse y así identificar sus fortalezas y sus debilidades. Es una persona a la que le pasan las mismas cosas que a todos ¡y no pretende lo contrario! Tiene que sortear los mismos obstáculos, tiene miedos y se equivoca, es vulnerable y se anima a mostrarlo, por eso es capaz de pedir ayuda y delegar tareas en función de las competencias que identifica en el resto de sus colaboradores, las cuales pueden ser mejores que las suyas en ciertos casos. Su autoridad proviene de esta coherencia entre su ser y su hacer, que también lo provee con confianza en sí mismo para dirigirse a su equipo con honestidad y franqueza.

2. Es hábil en cuanto a la comunicación

Es una persona que desarrolla la asertividad, es decir que sabe qué decir, cómo decirlo y cómo decirlo. Además, genera espacios para el feedback formativo, tanto de él hacia sus colaboradores como al revés. Entiende que la comunicación a dos vías, expresada con respeto y humildad, no hace más que contribuir a la mejora y el crecimiento de todos como profesionales independientes y como equipo en conjunto.

3. La colaboración

Si dijimos que no intenta acaparar todas las labores ni decisiones ni responsabilidades es porque es un líder que, en toda su conciencia de sí, deja de lado el ego y el “estrellato” individual porque entiende que se alcanzan mejores resultados y bienestar cuando se maneja al equipo como un todo orgánico en el que cada parte es crucial. Los organiza por “células” y de manera flexible para que puedan tener libertad de acción y haya espacio para la creatividad y despliegue de cada colaborador, lo que los vuelve a todos más capaces de adaptarse a las circunstancias diversas que pueden presentarse.

4. Tiene el foco puesto en el desarrollo profesional de sus colaboradores

El líder colaborativo no se atiene a moldes preestablecidos sino que desafía los mandatos, siendo que se ajusta a cada colaborador, proyecto, organización y equipo en particular. Se pregunta cuáles son las fortalezas con las que cada uno cuenta y dispone el trabajo de manera tal que cada uno tenga lugar para desplegarse y desarrollarse. Busca empoderar a sus colaboradores porque entiende que si ellos crecen, el equipo, la organización y hasta él mismo, también lo harán.

5. Autogestión, confianza y capacidad de delegación

Siendo que confía en sí mismo es que confía también en sus colaboradores y es por eso que delega responsabilidades específicas en ellos y promueve su autogestión. No está micromanaging sino que supervisa según corresponda pero por sobre todo, confía en que harán un buen trabajo, lo que a la larga los motiva e involucra cada vez más en sus roles y trabajos. Tiene también la capacidad de organizar, planificar y gestionar su tiempo y sus objetivos.

6. Empatía

Lo que corre por debajo de todo es el entendimiento profundo de que los vínculos, no importa el contexto en el que se den, son humanos; aún se trate del ámbito laboral, trata con personas no con números y, más aún, personas con una historia, una personalidad, sensibilidad, motivaciones y aspiraciones. Todo eso entra en juego y es puesto sobre la mesa en cada interacción, no pregunta por compromiso, pregunta por genuino interés, practica la escucha activa y está atento a las necesidades de los demás. Conocer a aquellos con quien trabaja es fundamental para el buen funcionamiento de todo el equipo porque es desde ahí que busca alinear los propósitos organizacionales con los personales de cada colaborador.

7. Armado y gestión de equipos

Como venimos diciendo, forma equipos en base al conocimiento que tiene sobre sus colaboradores, al conocerlos, sabe cómo distribuirlos para lograr un mejor rendimiento y lograr buenos climas de trabajo. Favorece la inclusión, la diversidad y la equidad porque entiende el valor agregado que trae el tener distintas miradas sobre un mismo tema.

8. Busca agilidad y productividad

Busca que sus equipos sean productivos pero no por una obsesión eficientista sino porque entiende que la productividad de un equipo hace que sus integrantes sientan satisfacción por la tarea realizada, porque pueden notar el impacto directo de su trabajo. Además, pregona la excelencia por sobre la exigencia, no es el trabajo por el trabajo, el deber por el deber, sino el foco en lograr los resultados esperados y cumplir con los objetivos de manera satisfactoria y “más allá”, de la manera creativa y auténtica correspondiente a cada colaborador.

Un líder colaborativo es, en última instancia, una persona integrada, consciente y coherente. No practica nada que no aplique en sí mismo, es decir que lidera con el ejemplo y basándose en valores. Estos valores son su faro y las barandas que dispone para que tanto él como su equipo mantengan una línea de trabajo armónica, un norte y un código común. Tiene vocación de servicio y siempre da “un poco más”, le importa ayudar y busca soluciones, no se detiene en los problemas. Incluye e integra, hace participar, nutre, enseña, guía y lleva la delantera de manera humilde pero indiscutidamente.

Conocé qué hacer cuando un colaborador se desconectaacá.