“Un camino sin retorno hacia la autorrealización y la expansión de mi conciencia”
por Lucila Rodríguez
En diciembre de 2013 estaba atravesando la etapa más difícil de mi vida: el duelo por la muerte de mi madre. En ese momento tan particular comencé a trabajar en un proceso de mentoring. Y eso me ayudó a reflexionar acerca de qué era la felicidad, de cómo alcanzarla.
Me acuerdo de que antes de conocer en persona a Lorena Marino, mi mentora, la contacté por e-mail y le pregunté si era feliz.
Así comenzaría un camino sin retorno hacia la autorrealización y expansión de mi conciencia. Calidez, seguridad y confianza son las armas con las que me enseñó una forma de liderar diferente, de mucha escucha, humanidad, humildad, profesionalidad, de cuidarse ante todo.
Entendí la importancia del trabajo en equipo y el pensar antes de actuar. Y que siempre se aprende uno del otro.
También por primera vez aprendí a preguntarme, frente al espejo, ¿quién soy? Una pregunta simple con una respuesta simple, que requiere de mucha introspección y seguridad en una misma. Gracias a esa pregunta hoy, cinco años después, me estoy convirtiendo en aquella mujer que imaginé y estoy encaminada a ser mejor todos los días.
El proceso me acompañó en distintas tomas de decisiones, como por ejemplo mi paso al sector público, al asumir como funcionaria. Y la clave siempre es el apuntalamiento del crecimiento propio y de pares.
También sumé otras herramientas más concretas referentes a preparación de reuniones de negociación difíciles, manejo del estrés, ejercicios de escucha, de toma de decisiones, y una de mis favoritas es que siempre me recuerda que primero somos personas y luego profesionales. Primero la salud y el cuidado por una misma y luego los demás.
Lucila Rodríguez
Especialista en Tecnología, Analista en Marketing y Emprendedora Social.
Directora de Sistemas en la Secretaría de Gobierno de Cultura de la Nación