sin trabajo

¡Me quedé sin trabajo! ¿Y ahora qué?

Quedarse sin trabajo es una de las cosas que más preocupaciones nos trae. Cómo sortear los malos momentos, qué hacer y cómo encarar el futuro son los temas que te compartimos en esta nota donde valorarse es el principal salvador. 

 

Cuando el proyecto por el que habíamos dado todo se cae o cuando nos comunican que hay una reestructuración en la organización de la que éramos parte, todo parece desmoronarse de repente. No sabemos qué hacer, ni qué pasos seguir. 

Para saber un poco más cómo enfrentar este reto y encauzar nuestro recorrido profesional, convocamos a Mercedes Korin, asesora en desarrollo profesional, para que nos acerque algunas herramientas que nos permitan sortear la situación.

 

Voz experta

¿Qué podemos hacer cuando nos quedamos sin trabajo para que nuestra autoestima no se vaya a pique? 

Lo primero que podemos hacer es registrar que suele ser una situación inusual, que nos descoloca. No solo porque prescinden de lo que tenemos para aportar sino que nuestra rutina y nuestro entorno se modifican sin que haya sido nuestro deseo. La incidencia de estos factores en nuestra autoestima es algo muy propio de esta situación. Por eso no debemos negar el cimbronazo que eso implica y, a la vez, poner en marcha estrategias para seguir adelante.

En estos casos sugiero seguir una estrategia con acciones puntuales.

  • Hacer una lista de qué tenemos para aportar en cuanto a: conocimiento, experiencia, capacidades, formas de trabajar, valores. Pedirle a personas de confianza que nos vieron en acción que hagan su lista sobre nuestros aportes. Cotejar las listas y ver en qué coinciden, en qué se complementan y en qué difieren.
  • Pensar qué problemas ayudamos a identificar y a solucionar y qué aportamos nosotros a esa solución.
  • Tener una explicación corta sobre la salida. Cuanto más larga la hacemos, más podemos embrollarnos. Tener claro (y transmitirlo) si hubo factores externos que no tienen que ver con nuestro desempeño: una fusión, una reestructuración, una relocalización de las actividades de la organización. Las entrevistas laborales no son un espacio de catarsis donde hablar mal de la organización de la que ya no formamos parte. Hay que poner el foco en la proyección a futuro.

¿A qué le tenemos que prestar atención para mantenernos “empleables” ?

Considero que básicamente tenemos que prestar atención a tres cuestiones. Primero, la actualización en las temáticas y los campos en los que trabajamos. No hace falta que sea un doctorado; pueden ser cursos cortos o con formatos poco tradicionales.

En segundo lugar, generar, sostener y hacer crecer vínculos de confianza con personas de distintos ámbitos laborales.

Por último, identificar nuestros logros. Solemos pensar en términos de CV tradicional (organizaciones en las que trabajé, roles que tuve y funciones que ejercí) pero sugiero que también pensemos en lo que logramos.

 

¿Cómo hacemos para enfocarnos en un nuevo ciclo laboral? ¿Por dónde empezamos después de quedarnos sin trabajo?

Podemos pensar que nuestro presente, aunque tal vez no es el que hubiéramos deseado, puede resultar una oportunidad para pensarnos nuevamente a nivel laboral. ¿Qué queremos para la próxima etapa? ¿Es viable eso que queremos? ¿Qué depende de nosotros para contribuir a que suceda eso que buscamos? ¿Con qué contamos y con qué no? Aquello con lo que no contamos, ¿podemos generarlo? o si no podemos generarlo, ¿hay algún modo de compensarlo?

 

¿Qué sugerencias nos podés brindar?

Principalmente, ponernos en valor. Ir a un lugar agradable -un parque, un bar, un rincón de nuestra casa que nos guste- y escribir nuestros logros laborales. Estas preguntas pueden ayudar: ¿Cuáles fueron mis aportes? ¿Qué problemas o necesidades ayudé a resolver o resolví? ¿Contribuí a generar nuevas fuentes de ingreso, optimizar procesos, diseñar o actualizar modelos, ahorrar costos, identificar y mitigar riesgos? ¿Qué reconocimientos recibí?

Es muy útil romper la inercia con otras actividades, puede ser empezar a andar. De a poco, sin prisa y sin pausa, cada día. Si vamos a agendar cafecitos con gente conocida, que primero sea gente muy cercana hasta que nuevamente vayamos ganando confianza en nosotros mismos.

Algo muy útil para estos momentos es ayudar a que nos ayuden. Cuando conversamos con alguien que puede referirnos para un nuevo trabajo o avisarnos si sabe de alguna búsqueda interesante, decirle claramente qué podemos aportar, qué tipo de trabajo y organización buscamos. Seamos precisos pero sin acotarnos a oportunidades que tal vez no tenemos en mente pero son interesantes.

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