Primera vez como líder

Mi primera vez como líder: qué hacer y cómo encarar esta etapa

Primera vez como líder: convertirse en líder es mucho más que tomar un cargo. El nombre de nuestro rol dentro del casillero de un organigrama es el comienzo de una tarea que se construye día a día. Hoy las organizaciones necesitan líderes más cercanos, empáticos y humanos.

 

Lograr un cargo de responsabilidad dentro de una organización nueva o bien pasar de ser compañero a líder puede generar mucha incertidumbre. Y es lógico, lo importante es confiar en nuestras capacidades. 

Para tus primeros pasos como líder vas a desarrollar distintos tipos de competencias: estratégicas, interpersonales e intrapersonales. Para conversar de esta etapa tan importante de la carrera profesional, hablamos con Marilen Stengel, escritora, conferencista y mentora que se dedica a potenciar el talento de las personas. 

 

Voz experta

 

¿Cómo nos preparamos para ser líderes por primera vez? 

El liderazgo de un equipo es un punto de llegada. Para ocupar el rol de líder necesito no solo tener los conocimientos técnicos para comprender lo que hace el equipo, sino la capacidad para pasar de lo “operativo” a la “estrategia”. Y esto se dice más fácil de lo que se hace. Para las personas que lideran por primera vez, este es uno de los pasos más complejos para dar: comprender que ahora existe un equipo para llevar adelante las acciones, pero que el/la líder debe diseñarlas. 

¿Qué objetivos, metas necesita cumplir el equipo? ¿Cómo lo vamos a lograr? ¿En qué tiempos, con qué recursos? Todo esto es lo que le corresponde proponer al líder. Y acá, viene un segundo punto relevante que es ayudar al equipo a desarrollar y desplegar su talento (individual de cada colaborador y grupal). Y esto lo hace cuanto más involucre al equipo en el análisis de los desafíos, de las opciones y de las oportunidades. Cuanto más lo haga, no solo mejores y más diversas serán las opciones con las que se encontrará dicho líder, sino que a la vez estará dejando “capacidad instalada” en sus colaboradores para que estos a su vez se desarrollen (pensamiento crítico, capacidad para decidir, argumentar, etc). Obviamente, en muchos casos las decisiones finales las deben tomar los líderes y es muy probable que hayan sido enriquecidas si tuvieron el input de su equipo.

 

¿Qué habilidades y competencias debo poner en juego? Si no tengo todas, ¿cómo las desarrollo? 

El concepto fundamental a incorporar es el del aprendizaje continuo, aun cuando acumule año desempeñando el rol. Siempre voy a tener que aprender algo para poder conducir a mi equipo y para hacer frente al contexto en el que vamos a movernos. Este aspecto es quizás el más estratégico porque cuando miramos el mundo y la realidad compleja en la que vivimos y trabajamos, advertimos que las competencias que más necesitamos desarrollar son sobre todo las blandas como empatía, comunicación, colaboración, trabajo en equipo; dentro de las que están también la adaptabilidad, la flexibilidad y la capacidad para aprender.

 

¿Qué rol juegan las emociones en el nuevo puesto?

Desde hace años que la neurociencia nos dice que los humanos “somos seres emocionales que aprendimos a pensar”. Lo que necesitamos incorporar es que, si bien tenemos un aspecto racional distintivo, las emociones juegan un papel fundamental en todos los órdenes de nuestra vida y el  trabajo es uno más. 

A un líder su equipo lo observa un 50% más que a otras personas, con lo que la emocionalidad del líder es un factor crucial para motivar, fidelizar y alentar o no a las personas que conduce. Por otro lado, desde mi punto de vista, no existen las emociones negativas o tóxicas, hay maneras tóxicas o negativas de transitar las emociones. Hago hincapié en este concepto porque las emociones están al servicio de la supervivencia, los sentimientos de nuestra vida gregaria y cada uno de ellos ofrece mensajes que nos aporta información invalorable si es que los comprendemos. Por este motivo, comprender y ayudar a nuestro equipo a ver que el enojo es frustración y que el miedo surge ante la percepción de no tener los recursos suficientes de afrontamiento, le permiten al líder no solo crear un espacio de seguridad psicológica en la que las personas pueden decir lo que piensan sino también mostrar lo que sienten sin temer a ser incomprendidos o “cancelados”. Las competencias emocionales del líder son absolutamente indispensables y son las que lo vuelven sustentable a lo largo del tiempo.

¿Cuáles  crees que son los errores más comunes en los primeros pasos del líder?

El gran error y que acarrea mucho sufrimiento entre los líderes primerizos es creer que tienen que saber todo, que tienen que ser perfectos y que no se les tiene que ver ni el miedo ni las dudas, ni el enojo… Los mejores líderes con los que he trabajado a lo largo de mi carrera me han enseñado que nadie está por encima de ninguna de las cuestiones que nos afectan a los humanos, la diferencia es la calidad que ponen en juego cuando las cosas se ponen difíciles. Y esa calidad, en gran medida, pasa por la capacidad para gestionar la propia emocionalidad. ¿Qué hago ante el error mío o de un colaborador? ¿Ante un incumplimiento? ¿Ante una falta de respeto? ¿Cómo gestiono en contextos inciertos o complejos? ¿Cómo ayudo a transitar a mi equipo la incertidumbre? Creo que como humanidad estamos llamados a pasar de la reacción (impulso) a la respuesta (pensada, elegida). Es la única forma de ser realmente responsables de quienes elegimos ser, porque estoy convencida que todos, elegimos ser la persona que somos.

 

¿Qué le recomendás a las personas que son líderes por primera vez?

Que se animen a decir que no saben todo, que no tienen todas las respuestas. Los aliento a que muestren sus vulnerabilidades y se que esto es probablemente lo más difícil sobre todo cuando uno lidera por primera vez. A pesar de todo, si nos animamos, el impacto es invaluable. Después, a medida que pasan los años, con el desarrollo de la autoconfianza, empezamos a poder comentar más abiertamente nuestros aspectos poco glamorosos y este paso es crucial, no solo porque al hacerlo se humaniza nuestro liderazgo sino porque, además, eso habilita al resto a también expresarse de forma abierta y sustentable.

 

 

Marilen Stengel

 

Es escritora y conferencista. Se dedica a potenciar talento a través de experiencias de aprendizaje a medida y de procesos de Mentoring. Su último libro, “El efecto mujer”. Lo que necesitás saber para potenciar tu carrera y dejar una huella, Ediciones B (2018).

 

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