El mentoring es un proceso de diálogo y construcción entre dos, de mucha entrega y confianza, sin esperar nada a cambio.
Es sin duda el resultado siempre resulta más grande que un consejo: es aprender un cómo, practicar una nueva manera; es enriquecerte como persona más allá de un tema puntual.
También el mentoring es una responsabilidad muy grande, porque en ese proceso, esa rueda tiene que continuar y cuando te pasa a vos, tenés que hacer que le pase también a otra persona.
Aprendí también que es un espacio neutral, donde no te van a juzgar, en el que podés practicar una nueva y mejor versión tuya con libertad y enriqueciéndote de sus palabras y mirada sostenedora, aunque eso no significa que va a decir todo lo que querés escuchar sino por el contrario, lo que necesitás escuchar.
Mi mentora, me dijo dos palabras (tiene ese poder de síntesis y profundidad a la vez). Y me dedicó tiempo, respondiendo mensajes, estando siempre. Te da también ese espacio y libertad. A los dos meses recuerdo que me hicieron una entrevista, y en el graph estaban esas dos palabras que ella me había dicho. Porque no son dos palabras, es mucho más que eso para la vida de una persona. A ella le debo estos pasos tan valiosos que estoy dando, porque además siempre está presente para lo que necesites. Una ya no camina más sola.
Hay otras enseñanzas que me quedan del mentoring, como aprender a confiar en mujeres con un liderazgo y un lugar valioso en la sociedad, ya que mis experiencias anteriores habían sido muy malas, de mucha competencia y de muy poca generosidad. Eso hizo que no creyera que pudiera ser de otra manera. Gracias al trabajo de mentoreo supe que las cosas podían ser diferentes, porque logré, gracias al proceso, ser una persona que le da valor a esta sociedad, que encuentra su propósito y que busca que sea también colectivo.
Durante los procesos es muy importante ser cuidadosa en todos los aspectos: el emocional, lo espiritual, corporal, tus redes o entornos que hacen bien.
Esa búsqueda del equilibrio se transmite todo el tiempo con las acciones. Eso te empuja a retomar, a no abandonar, a buscar pausas para alimentar esa persona que también somos. No podés liderar, sino aprendés a liderarte a vos misma, y eso implica unir todas estas partes, desarrollarlas y cuidarlas.
Melina Masnatta
Directora de Chicas en Tecnología
www.chicasentecnologia.org